Por Néstor Antonio Gidaldo Mejía
Antes que todo tenemos un especial respeto y admiración por los toreros colombianos que vienen realizando una campaña meritoria en diferentes partes del mundo taurino.
Por Néstor Antonio Gidaldo Mejía
Antes que todo tenemos un especial respeto y admiración por los toreros colombianos que vienen realizando una campaña meritoria en diferentes partes del mundo taurino.
Sinceramente, cuando uno tiene que emitir críticas durísimas contra sus semejantes, ello es tarea desagradable pero, por desgracia, la vida está montada de este modo y, cada cual, a su manera, debe de interpretar la vida y, con justicia y honradez tratar de que todo sea un poco mejor. Digo todo esto porque para mí desdicha me he pasado la “vida” criticando con el ánimo de que los demás caminen por el sendero adecuado aunque, en honor a la verdad, en ocasiones la tarea me parece baladí, de forma muy concreta cuando se tiene uno que ocupar de las guarradas de los políticos de izquierdas puesto que, teniendo como norte la destrucción de la fiesta de los toros, eso produce un desencanto horrible.
Por Néstor Antonio Giraldo Mejía
Se vienen escuchando cada vez con más insistencia, voces de aficionados que claman por una renovación en el abanico de toreros que vienen a las ferias y temporadas colombianas, además porque hay espadas que han hecho suficientes méritos para estar en los carteles nacionales.
Todo el mundo tiene derecho a una oportunidad y, Pedro Marín ha sido despreciado ante su pueblo, su plaza, sus gentes. Como es notorio, Marín hizo una huelga de hambre en la misma plaza de toros de Albacete, la que por ley le deben una oportunidad por aquello de paisanaje y, lo que es mejor, porque jamás ha toreado en dicha plaza. Pedro, como torero, se quiso reivindicar ante los suyos y, como pago le han dado una larga cambiada prometiéndole que toreará el año que viene.
Por Néstor Antonio Giraldo Mejía
Cansados de ver las desigualdades que existen, la corrupción que campea, las injusticias que se cometen a diario, los atropellos que pululan contra los más necesitados y tantas otras anomalías que se presentan en una sociedad, algunos toreros han querido empuñar las banderas de la libertad, de la justicia y de la equidad para que haya un desarrollo más equitativo y de más inclusión en las comunidades urbanas y rurales.
Suerte que tengas que el saber poco te vale, dice uno de nuestros sabios refranes que, como se sabe, éstos brotan de la mismísima sabiduría popular y, por ende, no hay la más mínima duda en su apreciación que, como en el caso que nos ocupa es totalmente cierto.
Me llamo Pla Ventura y tengo sobre mis espaldas una larga trayectoria como contador de historias que, gran parte de ellas han tenido lugar en torno al mundo de los toros aunque, claro está, al margen de los toros he tenido la dicha de difundir mi palabra por otros derroteros que, posiblemente, por momentos, hasta me dejaron más satisfecho que la misma tauromaquia a la que no desdeño, por supuesto.