Nosotros, desde siempre, como si un adoctrinamiento eterno se tratare, siempre hemos defendido la causa del toro en su integridad total en cuanto a casta y bravura se refiere. Ciertamente, para el aficionado puro no existe otra ley que no sea la mencionada respecto al toro. Y justamente ahí es donde radica la grandeza de este espectáculo al que conocemos como la fiesta de los toros. Una fiesta que, en manos de las figuras corre el serio peligro de la extinción porque el toro ha muerto antes de empezar la corrida.