No hay billetes suficientes en Bilbao para poder comprar las cinco mil entradas que han quedado en las taquillas. Una pena, pero es una verdad que aplasta.
No hay billetes suficientes en Bilbao para poder comprar las cinco mil entradas que han quedado en las taquillas. Una pena, pero es una verdad que aplasta.
Toros, mejor dicho, burros desclasados de Zalduendo que no dijeron nada y bastante hicieron con tenerse en pie. Se salvó el último de la tarde al que Marín le recetó pases para dar y tomar, eso sí, sin convencer a nadie, algo que era muy difícil porque el toro no emocionó jamás. Pensar que en un momento determinado, Fernando Domecq, le inyectó casta a sus toros y cada año se los comía con patatas; ahora,dichos toros, en manos de Alberto Bailleres, sin casta y sin peligro son los dueños de las ferias de España y Francia.
Ayer en Bilbao se lidiaron toros de Torrestrella, complicados, exigentes, a excepción del tercero de la tarde que salvó el honor de don Álvaro Domecq.
La tarde del 15 de agosto en Madrid es de esas tardes en que las ilusiones rebosaban toda expectativa, siempre por parte de los toreros que, sabedores de que actuaban en Las Ventas sus corazones latían a mil por hora, no era para menos puesto que, como días antes confesaba Sebastián Ritter, Madrid es la única plaza del mundo que puede lanzar al estrellato a un torero y, no existe verdad más grande que la que certificó el diestro colombiano.
No era un tema baladí el hecho de que el gobierno de la Comunidad de Madrid cayera en las manos que ha caído puesto que, desde el día de las elecciones nos temíamos lo peor puesto que las fuerzas de izquierda estaban acechando cual leones hambrientos para comerse a su presa. ¿Por qué digo esto? Muy sencillo. Como sabemos, la plaza de toros de Madrid depende de la Comunidad madrileña y, si hubiera mandado la izquierda en la capital de España, por ende en su comunidad, Las Ventas corría un serio peligro, algo que pocos albergaban, pero que no hace falta ser muy listo para entenderlo.
Por Néstor Antonio Giraldo Megía
Con los nuevos sistemas tecnológicos con los que desde un celular se pueden enviar imágenes al mundo entero, hemos visto preocupados en diferentes regiones del hermano país del Perú donde se realizan corridas de toros, que la selección del ganado a lidiarse no es el más apropiado e idóneo en cuanto a presentación se refiere.
Me llamo Pla Ventura y tengo sobre mis espaldas una larga trayectoria como contador de historias que, gran parte de ellas han tenido lugar en torno al mundo de los toros aunque, claro está, al margen de los toros he tenido la dicha de difundir mi palabra por otros derroteros que, posiblemente, por momentos, hasta me dejaron más satisfecho que la misma tauromaquia a la que no desdeño, por supuesto.