Llevo muchos años en calidad de aficionado a los toros que, sin duda alguna, ello me otorga licencia para poder constatar muchas cosas en el mundo de los toros, sencillamente por haber tenido la suerte vivir otras épocas de la tauromaquia y, sin duda, por haber sentido otras sensaciones al respecto de los famosos que, por ejemplo, en vida de Alfonso Navalón y Joaquín Vidal, por muy famoso que fuera un diestro cuando estaba mal o no rayaba a la altura que se le imponía, las críticas eran feroces, sencillamente porque había que defender al aficionado que había pagado una entrada.