Me llamo Pla Ventura y tengo sobre mis espaldas una larga trayectoria como contador de historias que, gran parte de ellas han tenido lugar en torno al mundo de los toros aunque, claro está, al margen de los toros he tenido la dicha de difundir mi palabra por otros derroteros que, posiblemente, por momentos, hasta me dejaron más satisfecho que la misma tauromaquia a la que no desdeño, por supuesto.
Es cierto que me inicié escribiendo en la materia taurina allá por los años setenta en la revista El Mundo de los Toros, la que editaba en Palma de Mallorca aquel isleño genial llamado Juan Bochs Iglesias al que tanto tengo que agradecerle, Dios lo tenga en su gloria. Con Juan Bochs estuve hasta su muerte, es decir, hasta que el óbito de Bochs certificaba la defunción de su revista.
Mi trayectoria ha sido larga, como certifica mi propia vida. No es menos cierto que mantuve amistad y cariño con narradores taurinos sensacionales como Alfonso Navalón que, además de su cariño, durante un tiempo, me tuvo como invitado en su cuaderno de toros en el diario Pueblo, aquel que firmaba como Los Martes de Navalón en que, Alfonso, solía reunir a los que éramos sus amigos, una etapa que no olvidaré jamás.
Han sido múltiples las publicaciones en las que he colaborado por aquello de vender mi verdad que, errada o equivocada, era la mía, la que difundí por el mundo con el respeto de todos los que han sido mis lectores que, para mi suerte, por momentos, eran legión. Entiendo que, la propia independencia que yo mantenía al margen de todo interés comercial, era lo que calaba en el corazón de las gentes. Es hermoso comprobar cuando la gente adivina que le estás contando la verdad, algo que lamentablemente tanta gente suele esconder puesto que, no todos los que narran están y viven libres como ha sido mi existencia.
Mi alma inquieta me llevó a publicar, hasta la fecha, catorce libros de toda índole; léase, ensayo, entrevista, novela, reportaje, así como cualquier materia que brotara desde lo más hondo de mi corazón. Toros al margen, me cupo la suerte de conocer a personajes geniales que, de alguna manera tuvieron un enorme calado dentro de mi ser, entre ellos, el maestro Facundo Cabral del que tanto aprendí en mis cinco lustros de amistad con el cantor y poeta argentino. Dos de mis libros se los dediqué al maestro Cabral que, sin duda alguna es el hombre más grande que he conocido en este planeta que, para su desdicha, fue cruelmente asesinado por error un 9 de julio de 2011 en Guatemala. Debo de confesar que, practicar la doctrina de Facundo Cabral ha sido el gran acierto de mi vida, algo que cambió el devenir de mi existencia, como les ocurriera a todos cuantos le conocieron.
Periodísticamente hablando, los últimos tres lustros de mi existencia los consagré a un proyecto maravilloso al que, junto a Antolín Castro, lo bautizamos como Opinión y Toros. Una página que nació de forma humilde pero que, al paso de los años se convirtió en un medio referencial para todo aficionado que quisiera saber la verdad en el espectáculo de los toros. Nacimos libres y de tal forma fuimos capaces de desarrollar nuestra labor que, como pudimos saber, éramos un referente por el mundo.
Sin rubor alguno debo de confesar que hicimos un proyecto admirable, todo un concerniente ante el mundo y, la prueba no es otra que, de repente, de la noche a la mañana, nos llovieron las ofertas de distintos compañeros de España y de cualquier lugar del mundo, todos ellos ilusionados por compartir nuestra “mesa y mantel” algo que hicimos con desmedido orgullo. Como digo, gentes de todo el globo terráqueo colaboraban con nosotros por el precio de sentirse libres y admirados, un lujo que solamente nosotros podíamos ofrecer para que, al paso de los años lográsemos ser, como digo, un medio referencial ante el mundo de los toros, de forma muy concreta ante los aficionados más exigentes que, todos, sin distinción, alababan nuestra labor porque en Opinión y Toros se sentían identificados.
Nace esta nueva Web como homenaje hacia Opinión y Toros que, por diversos motivos, tras quince años como “buque insignia” de la verdad del toreo, ha tenido que expirar. Todos nacemos para morir y, Opinión y Toros no podía ser una excepción. Desde este nuevo lugar aprovecho la ocasión para dar las gracias a todos los compañeros que colaboraron con nosotros en estos quince años que estuvimos juntos y, de forma muy especial a todos los toreros y personajes que tuvieron a bien conversar con nosotros para el deleite de los aficionados puesto que, nuestra sección LA ENTREVISTA, tuvo un gran calado entre nuestros lectores. Hablando de las entrevistas, imaginemos si éstas fueron importantes que, en su día, el maestro Rodolfo Rodríguez El Pana se desplazó desde Madrid hasta Alicante, el lugar en el que vivo, para que ambos mantuviéramos, sin duda alguna, el diálogo más apasionante que he mantenido con torero alguno. Eternamente agradecido a El Pana, Dios lo tenga a su vera, así como a tantísimos personajes que conversaron con nosotros.
Esta nueva página nace como un nuevo brazo de Opinión y Toros puesto que, nuestra revista “madre” quedará en la Red como una gran enciclopedia de consulta para que, aunque inerte desde ahora, toda la información que allí vertimos será motivo de consulta de todos los aficionados que, ávidos de saber, encuentren en dicha hemeroteca toda la información que durante tantos años le mostrásemos al mundo. Como digo, Opinión y Toros no ha muerto, se ha quedado estática para que todo el mundo pueda consultar tantísimos datos allí vertidos que, sin lugar a dudas, siempre serán de interés para cualquier aficionado que se precie.