Sinceramente, cuando uno tiene que emitir críticas durísimas contra sus semejantes, ello es tarea desagradable pero, por desgracia, la vida está montada de este modo y, cada cual, a su manera, debe de interpretar la vida y, con justicia y honradez tratar de que todo sea un poco mejor. Digo todo esto porque para mí desdicha me he pasado la “vida” criticando con el ánimo de que los demás caminen por el sendero adecuado aunque, en honor a la verdad, en ocasiones la tarea me parece baladí, de forma muy concreta cuando se tiene uno que ocupar de las guarradas de los políticos de izquierdas puesto que, teniendo como norte la destrucción de la fiesta de los toros, eso produce un desencanto horrible.
Alguien me dijo que ataco a las fuerzas de izquierda por sistema y es mentira, una infamia con la que mis enemigos quieren sustentar sus “verdades”. He defendido a muchos políticos de izquierdas que, antes que sus siglas en la que militaban eran hombres y mujeres de bien, de ahí los elogios que siempre les dediqué. Ocurre que, en la actualidad, aquella izquierda que tantos millones de españoles votamos en su día, se ha convertido en una pandilla de golfos y sinvergüenzas como sus actos les delatan.
¡Qué casualidad! Todas las plazas de toros que se han cerrado en España, TODAS, sin distinción, tienen gobiernos sociatas o, como en Cataluña, los malditos independentistas que llevarán al país a la más vil de las ruinas con la anuencia de los rojillos actuales. Parece curioso, digamos que podría tratarse de una casualidad, pero no, es una CAUSALIDAD de la maldita izquierda que todo lo quiere destruir, a las pruebas me remito. Conozco ayuntamientos regidos por hombres y mujeres de izquierdas que siguen defendiendo los toros como lo hiciera en su día el profesor Tierno Galván, personas a las que he defendido a capa y espada porque no milito en partido alguno y, como única pretensión, lo único que aspiro es a que se aplique la razón de las cosas y que desaparezcan las malditas prohibiciones de ciertos socialistas que, sinceramente, disfrutan haciendo el mal.
Ya, en la otra cara de la moneda, tenemos el caso de Santander que, por norma se ha convertido en la feria emblemática del norte de España y, casualmente, dicho ayuntamiento está regido por la señora Gema Igual que, para mayor dicha, ha sido aficionada espectadora en toda la feria santanderina. Claro que, como si de un buen presagio se tratare, dicha señora milita en las filas del Partido Popular. ¡Qué casualidad! ¿Verdad?
¿Qué ha hecho esta señora para que reciba aclamaciones por parte de todo el mundo? Sin duda, nada en especial. Ha sido suficiente aplicar la cordura que todo ser humano debe de tener y, por encima de todo, como venía diciendo, aplicar la capacidad del destino y si ésta dice que hay miles de santanderinos que aman la fiesta de los toros, llevarles la contraria y prohibirles que disfruten de aquello que aman, sería sin duda alguna, una auténtica canallada, labor propia, como su nombre indica, de auténticos canallas.
Por ello, doña Gema Igual, un ser humano para enmarcar, ha tenido el talento que todo político debe de tener, algo así como el respeto desmesurado hacia todos los santanderinos que, como sabemos, muchos disfrutan con la vela, el ciclismo, otros con el senderismo, muchos con el fútbol pero, por dicha razón, Gema Igual no se olvidó jamás de los aficionados a los toros que, como la señora dijo, ellos también pagan impuestos para que Santander siga avanzando; pero los pagan por dos veces, primero ateniendo los lógicos recibos del IBI y, acto seguido, con sus aportaciones al comprar las entradas para asistir a los toros.
Uno se pregunta, siendo todo tan sencillo, como existen gentes tan macabras que todo lo complican, especialmente los políticos de izquierdas que, salvo las excepciones de rigor, todos tienen el odio dentro de sus entrañas y, haciendo el mal disfrutan tanto como la Madre Teresa cuando se pasó la vida haciendo el bien.
Tomemos como ejemplo a Santander, a su alcaldesa que, de la lógica ha construido un modo de vida para TODOS los santanderinos, no para unos cuantos como sucede en miles de sitios de España. ¿Habrá algo más hermoso que respetar las tradiciones de los pueblos que, como se sabe, España huele a toros por los cuatro costados? Pues eso que es tan sencillo, algunos mal nacidos lo quieren cuestionar y, lo que es peor, destruir.
He nombrado a la señora Gema Igual que, como dije, milita en las filas del Partido Popular pero, de igual modo he defendido siempre la bella actitud de la señora Inmaculada Jiménez, alcaldesa de Tomelloso por el partido Socialista, ambas damas aman la fiesta de los toros y, lo que es mejor, desde el estrado que ocupan les ofrecen respeto al pueblo que dirigen y que les votó.
Está claro que cada cual puede militar en el partido que estime conveniente de acuerdo a sus principios, pero siempre siendo leal a su pueblo y por encima de todo, ofreciendo el más exacerbado respeto para todos los ciudadanos, algo que dichas damas citadas hacen con desmedido afán. Que tomen nota tantos malvados que se adentraron en la política para sacar la revancha que llevan dentro y, sin duda alguna, para mancillar la propia política que, como dijera Calvo Sotelo, la política no es otra cosa que administrar los bienes de todos con más pasión y respeto que si fueran de uno mismo. ¡Casi nada he dicho en los tiempos que vivimos! ¿Verdad?
En la foto del diario Montañés, la señora Gema Igual, alcaldesa de Santander