Vistos los datos económicos por lo que reportó la tauromaquia en la ciudad de Madrid el pasado año, más de cuatrocientos millones de euros. Las cifras son de escalofrío en el mejor sentido de la palabra, todo para uso y disfrute de los madrileños que, con los toros tienen un gran filón crematístico, al igual que en el resto de las ciudades de España puesto que, como digo, los toros son siempre sinónimo de riqueza al margen de lo que suceda dentro de los ruedos y con sus propios protagonistas.